Depresión por maltrato infantil

Escrito por Luis Miguel Saavedra Pimentel y Luz Torner

El maltrato infantil es un problema de salud mundial debido a las repercusiones físicas y psicológicas que provoca. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en el 2017, la mitad de los niños del mundo sufrieron algún tipo de violencia en sus diferentes vertientes. Esta organización define al maltrato infantil como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años. De acuerdo a datos y cifras de esta organización, un 25 % de la población total adulta manifestó haber sufrido maltrato físico infantil, de los cuales un 20 % de las mujeres y un 7.6 % de hombres sufrieron abuso sexual durante la infancia.

 

Consecuencias del maltrato infantil

Las consecuencias del maltrato infantil a corto plazo son fracturas, abrasiones, traumas en vísceras y daño ocular; a mediano plazo muestran un menor desempeño escolar, comportamiento antisocial, retardo en el desarrollo y comportamiento agresivo; mientras que a largo plazo afecta las relaciones sociales y la percepción del entorno originando estrés crónico asociado con trastornos psiquiátricos y afectivos.

De manera similar se conoce que aquellas personas que sufrieron maltrato en la infancia, emplean las mismas prácticas disciplinarias que utilizaron con ellos, perpetuando de esta manera un fenómeno conocido como “transmisión intergeneracional de la violencia”, en la cual los niños pueden aprender a utilizar la violencia para resolver conflictos. Sin embargo, no existe una condición lineal ya que no todos los que sufrieron de adversidades tempranas continúan con el ciclo de agresión.

Por otra parte, la salud mental y el bienestar de la madre juegan un papel crucial, pues es sabido que las madres que desarrollan cuadros depresivos durante el embarazo y/o en el periodo postparto, y no reciben atención médica, proporcionan menos cuidados maternales a sus hijos.

Existen periodos sensibles durante la vida, sobre todo en la etapa infantil, donde si ocurren situaciones adversas como maltrato, abandono parental, pobreza extrema, entre otras causas durante los primeros años de vida, la depresión y el incremento en el consumo de drogas será un resultado muy probable.

Diversos estudios han demostrado que adultos que sufrieron maltrato infantil tienen una probabilidad incrementada de desarrollar diversas conductas de riesgo, además de la posibilidad de padecer depresión. Se sabe que las personas que experimentaron maltrato infantil muestran menos seguridad, baja autoestima, sentimientos de culpa y menor auto-eficiencia en la edad adulta. De igual manera se sabe que el maltrato infantil tiene una relación muy estrecha con enfermedades psiquiátricas como lo es la depresión.

Como ya se ha descrito, la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa, falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Ocurre en casi en el 67 % de las personas que han sufrido maltrato durante los primeros años de vida; sin embargo, la depresión es una enfermedad multifactorial donde se pueden incluir diversos factores de riesgo como los ambientales, los genéticos, entre otros.

La relación causal entre el maltrato infantil y la depresión entre los seres humanos es difícil de demostrar, por lo cual se han utilizado diversos modelos animales para lograr replicar las situaciones que se han observado en los seres humanos.

 

Modelos animales de estrés en etapas tempranas de la vida

De acuerdo al National Human Genome Research Institute (NHGRI), un modelo animal es una especie no humana que se utiliza en la investigación para extrapolar aspectos de una enfermedad humana, ya que los investigadores pueden realizar experimentos que serían muy complicados o poco éticos en seres humanos.

Se ha acuñado el término de “estrés en etapas tempranas de la vida”, para indicar el estrés que se sufre en los primeros días de vida postnatal, si se trata de roedores, o meses si se trata de otras especies. Si bien este término podría también abarcar el periodo gestacional, en nuestro caso nos referiremos solamente al periodo postnatal (después de nacer).

El modelo de separación materna fue descrito a mediados de la década de los 60 por Levine, y éste ha sufrido modificaciones con el paso de los años, pudiendo encontrar modelos con separación maternal por periodos de tres horas por la mañana y tres horas por la tarde desde el posnatal dos hasta el posnatal 20, o periodos de tres o cuatro horas durante la mañana desde el posnatal uno hasta el posnatal 14.

También existe una variación donde se separa de manera individual a las crías de sus hermanos. Otro tipo de estresor temprano es el destete precoz, el cual consiste en destetar a las crías de ratas al día posnatal 15, esto resulta ser un fuerte evento traumático durante la infancia ya que se rompe el vínculo entre la madre y la cría.

Estos modelos se basan en las observaciones sobre los roedores, ya que las crías de roedor nacen un tanto inmaduras y por lo tanto dependen grandemente del cuidado materno para su desarrollo. Al privar a las crías del contacto con la madre, se les priva de los estímulos sensoriales necesarios para el desarrollo y maduración adecuados del sistema nervioso del infante. Esto se hace más pronunciado al separar de forma individual a las crías, privándolos también del contacto sensorial (piel a piel) de los hermanos.

Esta carencia de estímulos, sumada a la percepción de estrés de la cría, resulta en el animal adulto en una mayor ansiedad y una respuesta fisiológica mayor —incluso exacerbada—, ante los estímulos estresantes que se le presentan en la vida adulta.

Los modelos animales además muestran que el estrés en etapas tempranas de la vida, puede inducir cambios en el material genético del individuo expuesto, es decir, que modifican la información genética heredada. Estos estudios corroboran las observaciones hechas en el ser humano, confirmando que la presencia de estrés en etapas tempranas de la vida puede modificar la conducta del individuo y su respuesta fisiológica a eventos posteriores de estrés.

 

Estrategias para disminuir el maltrato infantil

Una de ellas es establecer guarderías para los hijos de aquellas madres en las que se detecte que sufren de depresión activa, y que por lo tanto, tienen un menor cuidado hacia los hijos. Asimismo, la detección de violencia intrafamiliar, ha llevado a proteger a los infantes retirándolos de la casa materna y poniéndolos en instituciones especializadas para su cuidado. Por otra parte, el conocimiento adquirido con los modelos animales de estrés en etapas tempranas, permitirá implementar nuevos programas de salud que se enfoquen en la disminución del maltrato infantil temprano, no solo mediante su prevención y detección, sino también utilizando agentes terapéuticos que contrarresten los efectos a largo plazo inducidos por el estrés. Esto permitirá que las intervenciones tempranas en los niños maltratados, tengan un impacto superior en la reducción de los síntomas relacionados a la depresión.

 

 

Agradecemos el apoyo recibido por el CONACyT, mediante el proyecto CB 2014-243419-M (Reg. en IMSS FIS/IMSS/PROT/1386) a LT, así como mediante la beca de doctorado otorgada a LMSP.

 

   

Andersen, S.L. (2015). Exposure to early adversity: Points of cross-species translation that can lead to improved understanding of depression. Dev Psychopathol, 27(2): 477–491.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25997766

Ritcher, L., Black, M., et al. (2019). Early childhood development: an imperative for action and measurement at scale. BMJ Glob Health; 4 (Sup. 4).

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6590994/

Organización Mundial de la Salud (2018). Temas de salud, depresión. https://www.who.int/topics/depression/es/

 

M.C. Luis Miguel Saavedra Pimentel, estudiante del Programa Institucional de Doctorado en Ciencias Biológicas Opción en Biotecnología Molecular Agropecuaria, en el Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología de la Facultad de Medicina Veterinaria Zootecnia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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D.C. Luz Torner, Doctora investigadora Titular B, Jefa del departamento de Neurociencias del Centro de investigaciones Biomédicas de Michoacán del Instituto Mexicano del Seguro Social (CIBIMI).

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