La homosexualidad en el reino animal

Escrito por Elvira Tatiana Merino Benítez e Iván de Jesús Arellano Palma

-Fernando y Carlos tienen una peculiaridad: son homosexuales. Sin embargo, a pesar de lo que se piense a primera instancia, no son humanos, son flamencos. Hace diez años se hicieron mundialmente famosos cuando se supo que criaban un polluelo como pareja homosexual. En este artículo se tratará de explicar las bases biológicas de este fenómeno y mostrar al lector que la homosexualidad no sólo es algo natural en el ser humano sino también entre otras especies del reino animal- 

Vamos a hablar de sexualidad animal

En el reino animal -vegetal también- mucho de lo que vemos como los llamativos plumajes de las aves, el comportamiento de los machos haciendo ruidos o bailes extraños o hasta los olores que despiden ciertos animales, se relaciona con la sexualidad animal. Pero, no siempre el sexo es sinónimo de reproducción.

La reproducción sexual es muy costosa. Se sabe que si se prescindiera de los machos y todos los recursos fueran para las hembras asexuales, las poblaciones crecerían al doble de velocidad. Pese a esto el sexo es -casi- universal. La pregunta aquí es ¿cuál es su función?

La reproducción sexual nos permite seguir en el juego de la vida, es decir, nos permite tener combinaciones genéticas que impiden que cualquier parásito o enfermedad llegue a imponerse. Si el sexo se acaba, los linajes están condenados -por falta de variedad- a sucumbir por alguna enfermedad y por tanto extinguirse. 

¿Qué es homosexualidad?

La Real Academia de la Lengua Española define “homosexualidad” como inclinación erótica hacia individuos del mismo sexo.  Si bien, en la sociedad humana aún es difícil de aceptar y entender este concepto, revisando bibliografía especializada encontramos que aún no se ha llegado a un consenso sobre si el término “homosexual” es válido para aplicarse de igual forma al comportamiento animal, pero para fines de este artículo se adoptará el término homosexual. 

Conducta homosexual en animales

La falta de consenso nos informa del estado actual sobre este tipo de investigación, donde a pesar de que no se cuenta con nada certero, ya se nota el interés por entender más sobre este comportamiento animal. Las futuras investigaciones nos enseñarán más sobre las diversas especies de animales y, por ende, sobre nosotros. 

En la naturaleza existe un sinfín de comportamientos homosexuales. Podemos afirmar que este comportamiento es más una generalidad que una excepción – los carneros evitan, en su mayoría, tener cualquier contacto con individuos de su mismo sexo-.

El comportamiento homosexual mayormente se ha observado en relaciones macho-macho aunque también ocurre hembra-hembra, esta conducta se ha investigado en gatos, delfines, bonobos, venados y bisontes, entre otras especies más. Incluso hay parejas homosexuales famosas como los flamencos ya mencionados al principio, Buddy y Pedro dos pingüinos macho africanos del zoológico de Toronto, Dashlik y Yehude dos buitres macho del zoológico público de Jerusalén que cumplieron el papel de padres adoptivos de una cría artificial, entre otros.

Una vez entendido que la homosexualidad es casi universal, nos queda entender si tiene alguna razón de ser. Por lo tanto, tendremos que valernos del corazón de la biología, la teoría de la evolución, para dar un panorama que nos permita vislumbrar el fin de este fenómeno que podría parecer anti-Darwiniano.  

Función de la homosexualidad en el reino animal

Famosa es la frase del biólogo evolucionista Theodosius Dobzhansky que dice así “Nothing in Biology makes sense except in the light of evolution” que traducimos como “Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución”. La evolución es sinónimo de cambio, pero no cualquier cambio, sino aquel o aquellos que se heredan en las poblaciones de las siguientes generaciones. Cambios que, como ya mencionamos, debido a la reproducción sexual son mayores y más rápidos. Visto desde esta perspectiva, la homosexualidad, como dice el investigador etólogo y  neuroatómico Paul Vasey y el antropólogo evolucionista Volker Sommer, parece violar una “ley” básica de la naturaleza: la procreación.

A principio de 1700, George Edwards especulaba que las causas de este tipo de comportamientos eran anormalidades o manifestaciones patológicas. Casi dos siglos después, se pensaba que la homosexualidad era un comportamiento artificial debido a que se creía que las investigaciones forzaban a los individuos a adoptar esa conducta. Algo que tienen en común estas hipótesis es que son más que trabajos fundamentados experimentalmente, son especulaciones guiadas por ideologías o prejuicios.

Quizá la primera perspectiva evolucionista del comportamiento homosexual animal fue publicada por el etólogo Wolfgang Wickler en 1967, que sugirió que el comportamiento homosexual en animales sirve como una función social adaptativa, también llamado “socio-sexual”. -como veremos más adelante-.  

A través de la observación científica, se han identificado diversos comportamientos homosexuales y bisexuales en una amplia variedad de especies del reino animal. En la revista Animal Behaviour, en 2012, se publicó un artículo en el que se analizan poblaciones de peces mexicanos –del Río Oxolotán, Tampico- que tienen relaciones macho-macho para promoverse entre las hembras como buenos candidatos para la reproducción. De esta manera la hembra podrá elegir de una manera más sencilla y rápida el mejor partido para procrear -por supuesto, en este caso hablamos de un comportamiento bisexual-. Dicho en otras palabras ¡vayamos al grano!

En su obra de teatro La señorita de Tacna, Mario Vargas Llosa cuenta la historia de Elvira, una mujer que nunca se casó pero dedicó su vida al cuidado de sus sobrinos, con el paso del tiempo, se convirtió en su mamá postiza recibiendo el apodo de “Mamaé”. Algo similar sucede en otras especies. Pensemos en una “Mamaé” homosexual. Se ha observado que animales homosexuales cumplen el papel de padres postizos -como Carlos y Fernando- al no tener crías adoptan a las de sus parientes y las cuidan como propias. Finalmente, tías y sobrinos comparten muchos genes, todo queda entre familia.

Otro comportamiento que se ha observado entre individuos –bonobos y perros- es que por sus relaciones homosexuales logran establecer fuertes alianzas o mejorar el estatus social, como la dominancia entre machos. Estas alianzas aumentan las posibilidades de reproducción exitosa más adelante -tales conductas reciben el nombre de comportamientos “socio-sexuales”-. De esta manera se mantiene la unión, cooperación y armonía entre la población.

 Por último, en varias especies –como los escarabajos enterradores- muchos machos presentan conducta homosexual si las hembras escasean o son muy difíciles de conseguir. En algunos casos los animales homosexuales intentan sacarle el mejor partido posible a una situación negativa.

Hipótesis van, hipótesis vienen para intentar explicar este tipo de comportamientos. Hipótesis que prueban que hay una ventaja evolutiva, otras defienden que no hay ventaja alguna. La verdad es que aún sabemos muy poco al respecto. La riqueza y complejidad de los seres vivos hacen que sea imposible explicar con una sola teoría estos fenómenos. Tratar de investigar cómo se arma este rompecabezas darwiniano llevará aún muchas horas de trabajo. Quizá podamos concluir que no hay explicación y sea solo diversión.

Hoy en día, las investigaciones que llevan al estudio de la homosexualidad animal son cada vez mayores, lo que refleja que –aunque aún falta- la sociedad está más abierta a este tipo de conocimientos.

Saber más:

Howard J. 2015. Sexo en la tierra. Un homenaje a la reproducción animal”, Blackie Books, España.

Ledesma-Feregrino D. 2107. Sexo en la tierra. Cienciorama, UNAM, México.

Link: http://www.cienciorama.unam.mx/#!autor/103/?david-ledesma-feregrino

Martínez M. 2015. El pato gay necrofílico. Cienciorama, UNAM, México.

Link: http://www.cienciorama.unam.mx/#!autor/098/?mariana-esther-martinez

Sommer y Vasey. 2006. Homosexual behavior in animals. An evolutionary perspective, Cambridge University Press. 

Elvira Tatiana Merino Benítez es Ingeniero Bioquímico Industrial egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-I). Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

 Iván de Jesús Arellano Palma es Biólogo Experimental egresado de la UAM-I y estudiante de la maestría en bionformática y biología de sistemas de la Universidad Nacional de Quilmes –Argentina-.